Adeline Virginia Stephen,
nació el 25 de enero de 1882 en Londres,
Inglaterra. Su padre era Sir Leslie Stephen, un
destacado crítico literario e historiador. Su
madre Julia Duckworth, era miembro de una familia
de importantes editores.
Virginia era la tercera de
cuatro hermanos. La mayor era Vanessa, quién se
dedicaría a la pintura y se casaría con el
crítico literario Clive Bell. Thoby era el
segundo. Virginia fue seguida por Adrian, quién
se graduó como médico.
Virginia Woolf (der.) y sus hermanas
Sus hermanos la llamaban
cariñosamente "the goat" (la cabra).
No fue a la escuela, sino que tuvo una educación
abierta, impartida por tutores en su casa de Hyde
Park Gate. La casa estaba siempre frecuentada por
artistas, literatos y políticos, y en este
ambiente creció Virginia. Como muestra de su
temprana creatividad, a los nueve años creó un
"periódico familiar" que se titulaba
"The Hyde Park Gate News" y que
distribuía entre la familia.
Además de sus hermanos
estaban tres hermanastros, hijos del primer
matrimonio de su madre, y que se llamaban George,
Stella y Gerald. Al parecer Virginia tuvo que
soportar la obsesión sexual de su hermanastro
George hacia ella y su hermana Vanessa, y algunos
apuntan que por esta razón desarrolló una
excesiva desconfianza hacia los hombres y una
inclinación romántica por las mujeres.
En 1895, cuando Virginia
tenía 13 años de edad, su madre Julia murió de
una enfermedad. A partir de este momento,
Virginia empezó a sufrir estados anímicos
depresivos que se hicieron crónicos, y que con
frecuencia variaban del júbilo a la tristeza, lo
que hoy se conoce como "trastorno bipolar de
la personalidad". En adelante toda su vida
estaría marcada por este vaivén emocional, que
influiría decisivamente en su obra. Con
frecuencia pasaría temporadas en "casas de
reposo", eufemismo con el que se conocía a
los hospitales psiquiátricos de entonces.
Virginia Woolf en 1902
Virginia Woolf con su padre Sir Leslie Stephen hacia 1900
En 1904 falleció el padre,
víctima de un cancer. A continuación los
hermanos se trasladaron a vivir a una casa en el
barrio de Bloomsbury, en la zona Oeste de
Londres, y allí la vida sería mucho mejor para
ella, especialmente porque la casa pronto se
convirtió en lugar de reunión de destacados
intelectuales y artistas ingleses, especialmente
gracias a su hemano Toby que invitaba allí a sus
compañeros de la Universidad de Cambridge. Este
círculo de amigos sería conocido como el Grupo de Bloomsbury
y entre sus miembros destacaron además de
Virginia y su hermana Vanessa, escritores como E.
M. Forster o Lytton Strachey, los críticos de
arte Clive Bell y Roger Fry (que tambien era
pintor), el pintor Duncan Grant, el critico
literario Desmond MacCarthy, el economista J. M. Keynes, etc.
Precisamente en 1904
Virginia empezó a escribir artículos y
críticas regularmente en The
Guardian, gracias a la presentación de su amiga Violet
Dickinson. Su primera crítica fue sobre el libro
The Son of Royal Langbrith, de William Dean Howells,
y apareció en noviembre de ese año. En 1905,
empezó a escribir críticas para el suplemento
literario de The Times, y lo siguió haciendo el
resto de su vida. A finales de ese año también
fue invitada a dar clases en el Morley
College (una escuela para mujeres y hombres de la clase
trabajadora) donde esporádicamente enseñó
literatura e historia inglesa.
En 1906 ocurrió una nueva
tragedia, la muerte de su hermano Thoby, a causa
de fiebres tifoideas, con solo 25 años.
Leonard y Virginia Woolf en 1912
En 1912, a pesar de sus
dudas sobre el matrimonio, se casó con el
economista e historiador Leonard Woolf, del que
se hizo amiga durante las charlas intelectuales
en Bloomsbury, y de él tomó su apellido. En
1917 ambos fundaron la célebre editorial Hogarth Press,
que editaría la obra de la propia Virginia y la
de otros relevantes escritores, como Katherine
Mansfield o T.S. Elliot.
Desde sus inicios como
escritora Virginia Woolf manifiestó su
determinación de ampliar las perspectivas de la
novela más allá del mero acto de la narración.
Los escritos de Woolf tienen un hilo conductor
guiado por el proceso mental del ser humano: su
pensamiento, su consciencia, sus visiones, sus
deseos y sus olores. Son todos esos detalles que
ocurren en cada instante de la existencia, que
son invisibles ante la mayoría y que a veces
terminan pareciendo extraños.
De 1908 data su primer
intento serio en el campo de la literatura, con
una obra de teatro titulada Melymbrosia. Posteriormente esta obra
sería la base para su primera novela, publicada
en 1915 (cuando ya tenía 37 años) bajo el
título Fin de Viaje (The Voyage Out).
Cuatro años más tarde
apareció Noche y día (Nigth and Day, 1919), una
novela romántica de estilo realista y que se
desarrolla a través de cuatro personajes que
componen un cuarteto amoroso muy particular, con
diversas relaciones cruzadas. Es una novela
acerca de los cambios sociales experimentados en
esos años en Inglaterra, especialmente en la
situación de la mujer, y de los conflictos entre
modernidad y tradición, y de como afectan a las
relaciones. Las preguntas que se plantean son si
es necesario que haya amor dentro de un
matrimonio y si aun puede hablarse de amor en una
época que ya ha dejado atrás el romanticismo.
Virginia Woolf en 1924
De manera especial
Katharine, es un personaje muy complejo. Nieta de
un poeta, su familia es esencialmente literaria,
pero ella quiere dedicarse a las matemáticas. Se
encuentra atrapada entre su conservadora familia
y la influencia de su amiga Mary Datchet, una
secretaria feminista que trabaja en varias
organizaciones en pro de las mujeres. Pero
Katharine no es ni una cosa ni lo otra. A veces
práctica, otras soñadora, es una mezcla de las
contradicciones de nuestro tiempo.
En 1922 publica El cuarto de Jacob
(Jacob's Room), la primera gran novela publicada
por Hogarth Press, y donde Woolf comenzaría con
el estilo que la caracterizó más tarde. El
argumento no tiene sentido, la metáfora y el
simbolismo son los sustitutos de la acción y los
personajes se revelan a través de la corriente
de un monólogo interior. El impresionante
retrato de Jacob Flanders (un chico joven y con
referencias obvias a Thoby), desde su niñez
hasta su muerte en la guerra, está construido
por reflexiones al azar: en su habitación, en
los incidentes que revelan su caracter, en
momentos con sus amigos, etc.
Vita Sackville-West que fue amante de Virginia (1916)
Ese mismo año su cuñado y
crítico de arte Clive Bell le presentó en una
cena a la escritora Vita Sackville-West, con la
que trabaría amistad y con la que mantendría
una relación lésbica durante varios años entre
1925 y 1929. Vita Sackville-West estaba casada
con un diplomático y era madre de dos hijos pero
no escondía sus tendencias lésbicas y ambas
entablaron su relación sin que se disolviesen
sus respectivos matrimonios. Las cartas de
Virginia a Vita están incluídas en el tercer
volumen de una edición completa de las cartas de Woolf.
Portada original de La Señora Dalloway (1925)
Escena de La Señora Dalloway (Marleen Gorris, 1997)
En 1925 obtinene su primer
gran éxito con La señora Dalloway
(Mrs. Dalloway), probablemente su obra más
conocida. Los acontecimientos en La señora Dalloway
abarcan un espacio de solo doce horas, con una
narrativa "radial" y no
"lineal" (tal y como ella describe), y
que se deriva en muchas direcciones para explorar
las facetas de la personalidad de la protagonista
Clarissa Dalloway. La exploración está
confinada a los sucesos de un día de su vida,
cuando ella se prepara para la fiesta de esa
noche. El transcurso del tiempo se expresa a
través de los cambios que se suceden en el
interior de los personajes, en la conciencia que
tienen de sí mismos, de los demás y de sus
mundos caleidoscópicos. Las ideas del filósofo
francés Henri Bergson acerca del tiempo la
influyeron notablemente, como le ocurrió al
escritor francés Marcel Proust.
Portada original de Al Faro (1927)
En Al faro (The Lighthouse, 1927), un
hecho trivial (una discusión familiar acerca de
si realizar o no una excursión a un faro), sirve
a Virginia Woolf de punto de partida para
deslizar todos sus fantasmas familiares. A
través de la familia protagonista (los Ramsey),
revisa y exhibe los poderes que ejercen, la madre
desde su femineidad y el padre desde lo
masculino, así como las repercusiones que esto
tiene sobre los distintos miembros que convergen
en la familia.
El personaje de Lily
Briscoe nos remite a la propia Virginia, pues al
igual que ella se encuentra atrapada en un
doloroso conflicto de sentimientos, entre la
fascinación que encarna la fertilidad y el deber
sagrado de atender un hogar, y su propia
inclinación hacia la creación artística y la
libertad. El argumento surge de la vida interior
de los personajes, y los efectos psicológicos se
logran a través de imágenes, símbolos y
metáforas. Es una de sus obras más personales,
y la propia Virginia dijo que escribirla
simbolizó para ella "el entierro de sus padres".
Cartel de Orlando (Sally Potter, 1992)
En el año 1928 escribe Orlando, una fantasía histórica
parcialmente basada en la vida de su amiga Vita
Sackville-West y dedicada a ella, y que es un
análisis del sexo, la creatividad y la
identidad. Es la biografía de un personaje
ficticio que a través de cuatro siglos de
historia británica va adquiriendo múltiples
identidades, tanto masculinas como femeninas
(Orlando es una cortesana isabelina al principio
y un hombre joven y moderno al final). A otro
nivel, el libro es una parodia de las biografías
convencionales. En ningún momento, fue un éxito
comercial. Aceptada como una novela "para
intelectuales" fue y es, de hecho, divertida
y fácil de leer, e incluso ha sido llevada al cine.
El interés de Virginia por
el feminismo y los derechos de las mujeres se
trasladó a su ensayo Una
habitación propia (A Room of One's Own,
1929), elaborado a partir de dos conferencias
pronunciadas en Cambridge en octubre de 1928
sobre el tema Las mujeres y la narrativa,
que trata de los obstáculos y prejuicios que
deben superar las mujeres escritoras. Como
prefacio cuenta con la historia de cómo como
mujer ha sido expulsada de las bibliotecas
universitarias. En el libro describe las barreras
que han de superar las mujeres escritoras, y
concluye que para alcanzar la libertad
intelectual se debe tener la independencia
económica y "una habiación propia".
Virginia Woolf a mediados de los años 30
En el año 1931, vendría Las olas (The Waves), una de sus
creaciones literarias más difíciles, y
considerada por muchos la mejor. Cuenta la vida
de seis amigos, pero a través de los
pensamientos de estos. La conexión entre esas
seis personas, que se conocen, no se establece
mediante el diálogo o las revelaciones del
narrador sino a través de los monólogos y las
alusiones interiores de cada uno de ellos,
presentando su "flujo de conciencia",
es decir, el monólogo interior de ideas tal y
como aparecen en la mente, rompiendo con el
sentido lógico y la linealidad del monólogo
tradicional, y creando una sensación de olas que
vienen y van, de ahí en título de esta novela.
A medida que avanzan las páginas, la conciencia
de los personajes evoluciona y se complica. La
obra refleja la constante renovación de la
existencia. Todo está narrado en un tono
sorprendentemente impersonal y poético.
De 1933 es una de sus obras
más curiosas y menos conocidas, titulada Flush, y que es una especie de
biografía de los poetas Robert y Elizabeth
Browning, pero viéndolo todo desde el punto de
vista de su perro, un cocker spaniel llamado Flush....
Tras la muerte en 1934 de
su amigo, el pintor, crítico e historiador Roger
Fry, aceptó escribir una biografía suya a
requerimiento de su familia. Roger Fry:
A biography se publicaría en 1940 y resultó un trabajo muy
interesante y bien recibido.
Portada de la revista Time (abril de 1937)
La atmósfera de guerra que
predominaba en los años 30, hizo que Woolf
adoptara otra actitud y otra forma de pensar, muy
distinta a la que venía desarrollando. Puso a
prueba sus valores y su personalidad, otorgando
un nuevo énfasis a los hechos mundanos como una
respuesta a las presiones de los sucesos
políticos.
Comenzó a desarrollar una
nueva forma de expresión, más sincronizada con
la conciencia social de la época, lo cual puede
verse en obras como Los años (The Years, 1937), novela
escrita con una técnica más bien tradicional y
que describe varias generaciones de una familia
de clase media, los Pargiter, tomada desde 1880
hasta el presente. La autora se centra en la
oposición entre lo material y lo subjetivo.
Prevalece un tono de frustración y desesperación.
También se dedicó con
esmero a escribir algunos ensayos notables sobre
las condiciones de vida de la mujer en la
sociedad. En Tres Guineas
(Three Guineas), publicado en Inglaterra en 1938
(a pocos meses del inicio de la guerra), intenta
encontrarle una posible solución a los
conflictos bélicos, planteando la idea de la
desigualdad de oportunidades en el trabajo y el
escaso acceso a la enseñanza, lo que impediría
la formación de un mundo integrado y pacífico. Tres Guineas es una categórica protesta sobre el lugar de las mujeres en la sociedad y la política inglesa contemporánea.
Entreactos (Between the Acts, 1941),
la última novela de Virginia Woolf, terminada
pero no corregida a causa de su muerte, es su
narración más amarga. Viene a simbolizar los
cambios y la inestabilidad que subyacen en todos
los momentos de la vida, lo difícil que es
asimilar todo lo vivido, y, en última instancia,
la inutilidad de la existencia.
Nicole Kidman interpretando a Virginia Woolf en Las Horas (2002)
La depresión que
constantemente la invadía, no la dejaba respirar
con tranquilidad. A mediados de marzo de 1941 el
matrimonio había salido de Londres y se había
refugiado en su cabaña de Rodmell, a pocos
kilómetros del Canal de la Mancha, en busca de
tranquilidad.
Cuando Virginia contaba 59
años, el día 28 de marzo de 1941 por la
mañana, se suicidó ahogándose voluntariamente
en el río Ouse, cerca de la casa donde vivían.
Era un día frío y luminoso. Había dejado dos
cartas, una para su hermana Vanessa Bell y otra
para su marido Leonard Woolf, las dos personas
más importantes de su vida.
Monk's House, la casa de Virginia y Leonard Woolf en Rodmell (Sussex, Inglaterra)
Las cenizas de Virginia fueron esparcidas en el jardín
Su correspondencia, ensayos
y diarios, fueron publicados con posterioridad, a
pesar del esfuerzo de Leonard Woolf porque no
pasara. El legado que dejó es valioso, tanto
para futuros escritores como para lectores
ávidos de obras que se salgan de lo
convencional.
Virginia Woolf está
considerada como una de las más grandes
escritoras inglesas del siglo XX, cuya técnica
del monólogo interior y estilo poético se
consideran entre las contribuciones más
importantes a la novela moderna. Además destacó
por su importante participación en la vida
intelectual de su tiempo, sus ideas modernas, y
de manera especial por la reivindicación de un
mayor protagonismo de las mujeres en la sociedad.
Obras de Virginia Woolf:
- Fin de viaje, 1915
- Noche y día, 1919
- El cuarto de Jacob, 1922
- La señora Dalloway, 1925
- Al faro, 1927
- Orlando, 1928
- Una habitación propia, 1929
- Las olas, 1931
- Flush, 1933
- Diario de una escritora, 1931
- Carta a un joven poeta, 1931
- Los años, 1937
- Tres guineas, 1938
- Roger Fry: la biografía, 1940
- Entre actos, 1941
Virginia
Woolf a Leonard Woolf
(Carta
escrita por Virginia Woolf a su marido
Leonard, momentos antes de ahogarse
intencionadamente en el río Ouse)
28 de Marzo de 1941
Querido,
estoy segura de que, de nuevo, me vuelvo
loca. Creo que no puedo superar otra de
aquellas terribles temporadas. No voy a
curarme en esta ocasión. He empezado a oír
voces y no me puedo concentrar. Por lo tanto,
estoy haciendo lo que me parece mejor. Tu me
has dado la mayor felicidad posible. Has sido
en todo momento todo lo que uno puede ser. No
creo que dos personas hayan sido más felices
hasta el momento en que sobrevino esta
terrible enfermedad. No puedo luchar por más
tiempo. Sé que estoy destrozando tu vida,
que sin mí podrías trabajar. Y lo harás,
lo sé. Te das cuenta, ni siquiera puedo
escribir esto correctamente. No puedo leer.
Cuanto te quiero decir es que te debo toda la
felicidad de mi vida. Has sido totalmente
paciente conmigo e increíblemente bueno.
Quiero decirte... todo el mundo lo sabe. Si
alguien podía salvarme, hubieras sido tu. No
queda nada en mí salvo la certidumbre de tu
bondad. No puedo seguir destrozando tu vida
por más tiempo.
No creo que dos personas pudieran haber sido
más felices de lo que nosotros hemos sido.

Virginia Woolf retratada por su amigo Roger Fry
