3ª parte
"El frío riguroso no
le hace cambiar este régimen. Jamás se la ha
podido hacer acostar con una camisa o con dos
frazadas. En los tres últimos años de vida se
le dio un gran batón que casi nunca utilizó.
Cuando hiela y no puede tener abundante agua,
rompe el hielo para obtener agua, mojarse el
cuerpo y en especial los pies. A pesar de que su
celda es pequeña, oscura, muy húmeda y sin
muebles, la encuentra muy bien, arguye estar
ocupada en cosas muy importantes: sonríe a las
personas que se le acercan; a veces responde
bruscamente «No lo conozco» y se mete bajo la
frazada. Raras veces responde adecuadamente. A
menudo dice: «No sé; lo olvidé». Si se
insiste, se impacienta; habla sola en voz baja;
articula frases entrecortadas con las palabras
«riqueza, libertad, fraternidad, Comité,
revolución, pícaros, decretos, orden de
arresto, etc. Odia a los moderados"
"Se enoja y se exalta
cuando se la contraría; en especial cuando
quiere impedírsele buscar agua. Una vez mordió
tan furiosamente a una de sus compañeras, que le
arrancó un pedazo de carne; el carácter de esta
mujer había, pues, sobrevivido a su
inteligencia"
"No sale casi nunca de
su celda, donde por lo general permanece
acostada. Si sale, lo hace desnuda o con su
camisa; solo da algunos pasos, la mayoría de las
veces en cuatro patas, se acuesta en el suelo y
con la mirada fija, junta todas las briznas del
hielo y las come. La he visto tomar y devorar
pajas, plumas, hojas secas, pedazos de carne
manchados de barro, etcétera. Bebe el agua que
corre cuando limpia los patios, a pesar de que
está cargada de desechos y suciedades,
prefiriendo esta bebida a cualquier otra. Quise
hacerla escribir, trazó algunas palabras, pero
nunca pudo formar frases. Nunca dio ningún signo
de histeria. El pudor parece apagado en ella y
está habitualmente desnuda, sin enrojecer ante
los hombres. Cuando en 1816 la hice dibujar,
aceptó prestarse a ello sin parar mientes en el
dibujo. A pesar de este régimen Théroigne ha
continuado durante 10 años sana, estaba bien y
regularmente reglada, comía mucho y no
enfermaba"
"Algunos días antes
de entrar en la enfermería apareció una
erupción en todo el cuerpo. Théroigne se lavó
como siempre con agua fría y se acostó en su
cama inundada. Y la erupción desapareció, desde
entonces se quedó en su cama sin comer y
bebiendo agua"
"El 1 de marzo de 1817
Théroigne ingresa en la enfermería en un estado
de gran debilidad. Su cara con delgadez y palidez
extremas, con ojos fijos, blandos y apagados, con
algunos movimientos convulsivos. Sus manos con
ligera hinchazón, tiene un pulso muy débil;
edema en los pies, llegando a su fin el 9 de
junio, a los 55 o 57 años, sin haber recobrado
la razón ni un solo momento".
Comentarios
sobre la historia de Esquirol
Esta historia clínica de
los comienzos de la Psiquiatría podría ser
comentada por Santo Tomás, quien escribe:
"Quanto ille qui peccat, magis est compos
suae mentis, tanto gravius peccat: unde alienatis
non imputantur peccata" (a los enfermos
mentales no se les imputan sus pecados)
Comentaríamos además que
la "conducta lustral", como luego
veremos, revela que Théroigne se castigaba de
una manera despiadada, dominada por una
conciencia moral primitiva y sádica y que
cualquier castigo externo debía ser
insignificante comparado con el que se propinaba
diariamente.
Aparentemente el hecho de
ser azotada por sus antiguas compañeras
conmocionó a la heroína y truncó su actividad
política (1793) aunque nada dice Esquirol de
este episodio. Militante feminista, cambió de
postura cuando la situación estaba a favor de
sus ideales. Sus últimos llamados a la unión
parecen llamados a su misma subjetividad. En 1794
la psicosis ya se había desencadenado y en 1800
es internada en el manicomio. ¿Cuál fue el
desencadenante de su psicosis? La historia
popular resalta la paliza de sus ex compañeras,
punto sobre el que insiste Breton en su
"Breve diccionario del erotismo".
Creemos que la enfermedad
comienza alrededor de los 35 años. Podemos decir
que la personalidad previa de Théroigne estuvo
signada por lo que los franceses llaman
"desequilibrio psíquico" y los
alemanes "personalidades
psicopáticas", Sin que esta forma de ser
implique enfermedad alguna. Su evolución es
seguida por más de 20 años y la historia de
Esquirol pretende ser el resumen, la mirada
médica sobre el caso, que denomina de
"lipemanía" (¿melancolía?).
Notamos la extremada
desintegración del lenguaje, casi incoherencia,
con apego a las temáticas que conmocionaron su
vida. Es llamativa la pérdida de los
"valores preventivos" tanto culturales
como físicos, su indiferencia, glotonería, la
musitación casi permanente y las estereotipias
relacionadas con el agua y el baño. Sobre este
último tema Saurí escribe:
"Para
Théroigne tiene una importancia fundamental,
pues organiza su vida en función de la limpieza,
se pone fuera de sí cuando le falta y no levita
en arrastrar el frío glacial para conseguirlo.
El sentido purificatorio y lustral de su conducta
es patente a nuestros ojos actuales".
Fenoménicamente la
desintegración psíquica ha reducido los medios
de expresión a las funciones básicas de
simbolización, disminuyendo sus posibilidades de
comunicación. Episodios de agitación alternan
con desgano y abatimiento, encerrándose en un
autismo centrado sólo en las vivencias
conmocionantes y en el cual parece haber agotado
su "élan vital". Es un volcán
apagado. Con respecto al diagnóstico diferencial
había que deslindar una parálisis general
progresiva ya descripta por Bayle y no ignorada
por Esquirol. Se dice que habitualmente una
parálisis lleva a la muerte en un plazo variable
de 2 a 5 años (sin tratamiento), aunque se
conocen casos de hasta 10 años. La ausencia de
signos neurológicos, de ictus y de consunción
física la descarta.
¿Se puede pensar realmente
en otro tipo de cuadro? Sabemos que el deterioro
hospicial logra cuadros de demencia mucho más
profundos que los propios "de la historia
natural".
Esquirol la pensó como una
suprema alteridad, rechazo de todos los valores
que consideraba sagrados, el propio
"defecto" de Théroigne lo ayudó
enormemente. Pero, ¿cuál era la "urdimbre
creencial" (Saurí) del positivismo naciente
y que encarnaba el alienista Esquirol? El del
"buen burgués", de sexo masculino,
adulto, blanco como figura dominante.
Naturalmente, Théroigne como mujer, como
sexualmente amenazante, como feminista, como
revolucionaria, estaba excluida de esta
soberanía.
Para un intelectual
progresista actual esta pobre mujer podría ser
perfectamente una "prisionera
política", ¿Pero que analisis más
profundo podríamos hacer?
Evidentemente, la
Revolución que propugnó los derechos
fundamentales del hombre no pudo pensar y aplicar
los derechos de las mujeres como derechos
humanos. La igualdad sólo fue para los
ciudadanos y no para las relaciones entre los
géneros.
Théroigne es un ejemplo de
ello, discriminada desde el nacimiento (¡una
mujer más en la familia!), sirvienta, debe haber
sido una niña explotada, abusada, agredida. Ser
prostituta fue, viéndolo hoy, una manera de
abrirse camino en una sociedad rígidamente
separada en estamentos aparentemente
inconmovibles. La educación fue además para
ella una herramienta de liberación.
Esta misma educación la
acercó al pensamiento de la Ilustración, que en
aquella epoca era el más critico con con la
realidad injusta. Su ideal producto de
identificaciones "vacilantes" fue a su
vez generador de identificaciones sociales, pues
cientos de mujeres la siguieron. Sin embargo, el
"ideal utópico" debe haber provocado
ataques envidiosos y celos mortales. El empezar a
ver el mundo con los ojos de las mujeres en un
entorno todavía no maduro para ello también
creemos que la acercó al derrumbe. El episodio
de la "paliza" debe haber sido una
conmoción o episodio actual (desencadenante) que
la hizo caer en lo que llamaríamos hoy un
episodio melancólico. Ahí acabó su existencia,
su historia vivencial interna se congeló, se
paralizó y se hundió en la alienación.
Theroigne de Mericourt no
tuvo el reconocimiento de otras heroínas
revolucionarias, como sobre todo Olimpia de
Gouges, pero su historia no es menos fascinante.
La ciudadana Theroigne merece nuestro
reconocimiento y su reivindicación como una gras
luchadora revolucionaria y contra las
convenciones de una epoca, un combate tan duro
que terminó por destruirla mentalmente. Pero su
legado y las ideas que defendió perviven, y
acabaron imponiéndose en la construcción de la
nueva sociedad y del nuevo hombre y de la nueva mujer.
