Marina
Raskova fue la más famosa aviadora de la Unión
Soviética. En 1938, ella y otras dos aviadoras
establecieron una marca mundial para mujeres al
volar 5908 Kms a través de las interminables
estepas rusas, en un avión bimotor ANT-37,
bautizado como "Rodina". El vuelo sin
escalas fue realizado en 26 horas 29 minutos,
cubriendo la distancia entre Moscú y
Komsomolsk-on-Amur, en el este.
Durante
la travesía de Siberia, el avión comenzó a
acumular hielo en las alas y las jóvenes
aviadoras se vieron obligadas a lanzar todo lo
que pudieron para aminorar el peso de la nave y
ganar altura. Raskova, que era la navegante en el
vuelo, decidió que ella debía lanzarse
también. Marcó el rumbo en un mapa y se lanzó
en paracaídas en medio de la oscuridad
siberiana. El avión llegó a destino sin
novedad, mientras un cazador rescataba a Marina
Raskova. Las tres jóvenes regresaron triunfantes
a Moscú donde fueron recibidas como heroínas.
Marina
Raskova, heroína del pueblo
Marina
Raskova nació en 1913. A los 19 años, se
matriculó en la Academia de Aviación de
Zhukovski. En 1934 se graduó como la primera
mujer aviadora soviética, que oficialmente
aprobó el examen de navegación, recibiendo su
licencia de piloto al año siguiente. El 28 de
octubre de 1937, con Valentina Grizodubova
realizaron un record en vuelo sin escalas para
mujeres, cubriendo una distancia de 1445 Kms a bordo de un AIR-12.
En
1938, estableció otras dos marcas, una de 2241
Kms sin escalas en un hidroavión con Polina
Osipienko y W. Lomako y el 24-25 de setiembre con
Valentina Grizodubova y Polina Osipienko en el
vuelo ya reseñado de 5908 Kms. Para entonces
Marina tenía 25 años y por su hazaña fue
galardonada con la Estrella de Oro de los Héroes Soviéticos.
Marina
fue entrevistada personalmente por Stalin, que
quedo relamente impresionado por el coraje y la
determinación de la muchacha. Cuando en 1941,
Alemania invadió la Unión Soviética, Raskova
era Mayor en la Fuerza Aérea Soviética y logró
convencer a Stalin para formar el Grupo de Vuelo
Especial Nº 122. Inmediatamente comenzaron a
llegar jovenes voluntarias de toda la Unión
Soviética. La selección de las aspirantes la
hizo la propia Raskova en las aulas de la
Academia de Aviación Zhukovski.

Marina Raskova
En
octubre de 1941, la joven aviadora se desplazó
con las alumnas a la base aérea en el pueblo de
Engels, a orillas del Volga, al norte de
Stalingrado. La primera orden fue tomar hilo y
aguja y reconstruir los uniformes que por la
talla, evidentemente eran para hombres.
Pantalones, camisas, medias y guerreras, tuvieron
que ser acondicionadas a las tallas femeninas.
Para las botas, no había otra alternativa que
rellenarlas con papel de periódicos, para
acomodarlas a las tallas femeninas.
El
entrenamiento en Engels fue duro. Las aviadoras
volaban de 12 a 14 horas diarias con el
propósito de aprender. en días, lo que se
debía aprender en dos años en tiempo de paz o
seis meses en tiempos de guerra. Para ese momento
los pilotos alemanes no tenían oponentes. La
mayoría de los aviones soviéticos fueron
destruidos en tierra y aquellos pilotos que se
aventuraban a volar, eran derribados casi al
primer contacto con los cazas alemanes.
El
entrenamiento inicial era efectuado en aviones
Polikarpov PO-2, biplanos de madera y lona. Las
mujeres practicaban bombardeo a diferentes
alturas y vuelos nocturnos en parejas y en
solitario, aprendiendo a navegar con instrumentos
rudimentarios, relojes, computadoras de vuelo,
sin comunicaciones con tierra y con mucha
intuición. Cada avión contaba con piloto y
navegante, rotándose los equipos para que Raskova los evaluara.

Natalya
Meklin, Orden de Heroe de la Unión Soviética
Los
PO-2 no tenían armamento, pero practicaban los
principios de la caza, con simulaciones de fuego,
en tierra y en el aire. Es fácil imaginarlas
persiguiendo a un "enemigo" y haciendo
los sonidos de las ametralladoras por las radios.
Los equipos se turnaban, tomando los lugares de
"amigos" y "enemigos,"
combatiendo entre ellas y contra los instructores.

Lilya
Litvya, Katya Budanova y Mariya Kuznetsova
Después
de los seis meses de entrenamiento Marina Raskova
asignó los tres primeros regimientos a las
diferentes aviadoras. Todos fueron adscritos
dentro de la serie 500; fueron el "586 de
Caza", el "587 de Bombardeo" y el
"588 de Bombardeo nocturno". Puesto que
la aviación de caza exigía una preparación
especial, la mayoría fue asignada a grupos de
bombardeo, en los regimientos de bombardeo
nocturno 588, con los mismos aviones PO-2 en los
que entrenaron, y el el de bombardeo diurno 587
que volarían en los Petylakov PE-2 que tenían
una tripulación de tres: piloto, navegante y radio-operador-artillero.
Las
mujeres de la "Brigada de Caza",
comenzaron el entrenamiento en los aviones PE-2.
Los asientos de los aviones fueron acondicionados
para permitir que las mujeres alcanzaran los
pedales y a la vez darles más altura para que
pudieran ver por encima del panel de
instrumentos. Luego del entrenamiento en el PE-2,
que era substancialmente diferente al PO-2, las
jóvenes aviadoras pasaron al entrenamiento en el
Yak-1, el caza que finalmente usarían en
combate. Este avión no perdonaba errores y por
tanto las prácticas eran más rigurosas.
Practicaron caza, y ametrallamiento hasta lograr
la suficiente confianza en el avión.

Piloto
Tanya Makarova y navegante Vera Belik
Una
vez terminado el ciclo de prácticas, las
jóvenes aviadoras recibieron su pistola de
reglamento y oficialmente fueron asignadas a sus
aviones. Vistiendo la ropa de vuelo, se
dirigieron a sus aviones y esta vez, sin
asistencia de los instructores, despegaron.
Marina Raskova tuvo entonces temor, el no saber
si lo que les enseño les podría salvar la vida.
Marina
Raskova tomó el mando del Grupo 587.
Eventualmente recibieron aviones Su-2, pero
pronto pasaron a volar con bimotores PE-2. El 22
de noviembre de 1942, recibieron órdenes de
desplazarse para Stalingrado, asediada por las
tropas nazis. Las zonas de combate del grupo
comprendían Orel, Kursk, Smolensk, Vitebsk,
Borysov y los Lagos Mazurian.
Marina
no sobrevivió la guerra pues falleció en un
accidente. Durante el vuelo de una unidad de PE-2
bajo su mando, el día 4 de enero de 1943, hubo
una tormenta de nieve hizo estrellar el avión de
Raskova contra el banco occidental del río
Volga. Al ser un vuelo con una misión militar,
Raskova y el resto de la tripulación, fueron
declaradas muertas en combate. Las supervivientes
siguieron combatiendo valerosamente en el
infierno de Stalingrado, tal y como Marina les
había enseñado a hacer, y conocidas como
"Las brujas de la noche" jugaron un
importante papel en la victoria soviética sobre
los nazis. Marina Raskova y las otras aviadoras,
fueron consideradas grandes heroínas por todos
los soviéticos, y su ejemplo sirvió de
estímulo para los niños y niñas para ser mejores en sus vidas.

Katya
Ryabova y Nadya Popova. En una sola noche
realizaron
18 incursiones para bombardear posiciones enemigas
