La
bailarina Isadora Duncan, cuyo nombre completo
era Dora Angela Duncan, nació el 27 de Mayo de
1878 en San Francisco (California, Estados
Unidos). Su padre, Joseph Charles Duncan, fue
encarcelado por planear el robo de un banco poco
después de haber nacido Isadora. Su madre, Dora
Grey, solicitó el divorcio a pesar de que su
marido fue absuelto de los cargos tras una larga
contienda judicial. Aunque de pequeña la
llamaban Angela, ella adoptó el nombre de
Isadora por la reminiscencia clásica del nombre.
La pasión de Isadora por la danza comenzó muy
pronto en su infancia: a los cinco años le dijo
a su madre que sería bailarina y revolucionaria.
Con frecuencia podía vérsela en la playa
practicando nuevos movimientos de danza al
compás de las olas y enseñando a moverse a
otras niñas. A los diez años dejó los estudios
para dar clases de ballet.

Isadora Duncan en su juventud
Mientras
tanto, la madre luchaba para mantener a su
familia dando clases privadas de piano y se
encargaba personalmente de la educación de su
hija. Le enseñaba la cultura clásica griega, el
gusto por la música clásica, el paganismo y un
concepto muy avanzado de la femineidad.
Cuando
alcanzó la adolescencia, una bibliotecaria
decidió introducir a Isadora en las letras y la
filosofía, y así John Keats, Walt Whitman y
Friedrich Nietzsche, quienes formaron el
carácter indomable y soñador de Isadora. Con su
familia se mudó a Chicago donde estudia danza
clásica. Luego, al perder todo en un incendio,
la familia se traslada a Nueva York, donde la
jove. Allí Isadora, que tenía 19 años, conoce
al dramaturgo Augustin Daly, quien le da una
oportunidad en su compañía de teatro.
A
los 21 años viajó a Londres donde su peculiar
estilo de danza, inspirado en la Grecia clásica
y en las fuerzas de la naturaleza, pleno de
innovaciones musicales y de estilo, y lejano de
la concepción atlética de la danza americana,
fue acogido con entusiasmo, ya que en Europa las
vanguardias estaban floreciendo en todas las
artes.
En
esa época, Isadora entra a estudiar artes en el
British Museum, donde encontró la gran
inspiración para sus danzas que evocaban los
movimientos y las vestimentas de las griegas
antiguas, con túnicas y descalza. Además,
tenía la asombrosa ocurrencia (para la época)
de bailar música no compuesta para tal
propósito (como Schubert o Chopin), y basaba sus
coreografías en pinturas de Boticceli o temas
clásicos. Así, en la libertad y el atrevimiento
de Isadora, que rompían con la rígidez del
ballet clásico, tuvo su génesis la danza moderna.

Isadora Duncan y sus bailarinas durante una actuación en el Teatro Booth en Nueva York (1917)
A
pesar de su éxito, muchos críticos rechazaban
sus maneras provocativas para la época:
descalza, con túnicas, sin maquillarse e
interpretando músicas no escritas
específicamente para la danza. Su primera
escuela de danza la fundó en Grunewald
(Alemania) y puso como directora a su hermana
Elizabeth que elegía a niñas pobres y las
ayudaba económicamente además de enseñarles a
bailar. A estas niñas se las conocía como
"Las Isadorables", un juego de
palabras. Ya alcanzada la fama, fundó varias
escuelas de danza por Europa y se hizo cargo de
diestras bailarinas como Martha Graham y Mary
Wigham. En 1902 compró una colina en Atenas para
hacer realidad su proyecto de crear un templo de
la danza, un proyecto que finalmente no pudo
completar por cuestiones económicas.

Isadora Duncan con su hija Deirdre y el padre de esta Edward Craig Gordon
Isadora
era atea, bisexual, socialista, revolucionaria y
partidaria del amor libre. Tuvo numerosos
amantes, tanto hombres como mujeres. Su primer
amor duradero y amigo de por vida fue el
escenógrafo inglés Edward Gordon Craig, con el
que tuvo una hija llamada Deirdre. Su segundo
hijo, Patrick, fue fruto de su relación con el
millonario Paris Singer (heredero del imperio de
las máquinas de coser Singer) Su vida bohemia no
era un secreto para nadie, y mientras viajaba y
fundaba escuelas de danza en diversos lugares
como Francia, Alemania y Rusia, donde tuvo como
alumnas a la gran bailarina y técnica Martha
Graham y a Mary Wigham, su vida amorosa era
tormentosa, fugáz y muy variada. Entre sus
amantes se cuentan Iván Miroski, Oscar Berege,
Mercedes De Acosta, Heirich Thode o Eleonora
Duse. Ninguno de ellos logró sosegar o encerrar
el espíritu de Isadora, quien prefería las
relaciones libres.
Por
si fuera poco, esta mujer transgresora tuvo dos
niños fuera del matrimonio. En 1913, la tragedia
llegó a su vida pues los dos niños Deidre y
Patrik fueron víctimas de un accidente
automovilístico en el que resultaron ahogados en
el río Sena, junto a su niñera. Por si fuera
poco, ocho meses después de la tragedia tuvo
otro hijo, que murió en sus brazos a los veinte
minutos de nacer. Durante mucho tiempo, Isadora
estuvo fuera del escenario, pues la pena
realmente la había doblegado. La depresión, el
alcohol y los excesos sexuales alejaron a Isadora
de los escenarios durante algún tiempo. Intentó
suicidarse en varias ocasiones y le escribiría a
un amigo: "mi pobre cerebro ha sido
enloquecido más de lo que nadie puede
saber". Pero no para siempre y pronto estuvo
de nuevo en romance apasionado con su verdadero
amor: la danza.

Isadora Duncan junto al gran añor de su vida, Serguei Esenin (1922)

Isadora Duncan y su hermana Elizabeth, también bailarina, dicen adiós
a Nueva York para irse a una gira por Europa (1922)
En
1912, el corazón de Isadora se vio conquistado
por la dulzura y la libertad del poeta también
bohemio Serguei Esenin. Él era diecisiete años
menor que ella, pero ella deseaba que él fuera
su acompañante en viajes largos que hacía por
trabajo y la edad no fue un impedimento. Así, la
pareja viajó mucho por todo el mundo para que
Isadora siguiera mostrando su baile natural y su
adoración por la belleza humana.
Luego
regresaron juntos a Estados Unidos, donde
inmediatamente los rechazaron acusandolos de
bolcheviques y la prensa fue increíblemente
hostil y agresiva, haciendo que la vida fuera
allí muy incómoda para una persona sensible
como Isadora, por lo que decidió marcharse del
país que la vio nacer y regresar con su esposo a
Europa. Por esta epoca Esenin había empezado a
presentar trastornos mentales y verdaderas
depresiones, por lo que la vida de pareja se
había vuelto bastante inestable. En 1925, él
decidió abandonar a Isadora y regresar a la
antigua Unión Soviética, donde se suicidó.


Isadora
se trasladó a Niza, en la Riviera Francesa y
siguió su carrera artística con gran éxito. Su
influencia como bailarina genial, artista
innovadora y libre de ataduras, crítica de la
cultura y el arte, revolucionaria, y defensora de
los derechos de la mujer, la han convertido en
una de las personas más destacadas del siglo XX.
Murió
el 14 de Septiembre de 1927, en un absurdo
accidente, estrangulada por su propia bufanda que
se enganchó en una rueda de su descapotable
mientras conducía. Curiosamente desde la muerte
de sus hijos, ahogados en un coche, sólo montaba
en descapotables por temor a que le sucediera lo
mismo. Su cuerpo está enterrado en el cementerio
Pére Lachaise de París. En 1928 se publicó su
autobiografía póstuma, titulada Mi vida.

Escena de la película Isadora (1968), en la que Vanessa Redgrave interpreta a la protagonista
"Imagina una bailarina que, después de un largo estudio, oración e inspiración, ha adquirido tal grado de destreza
que su cuerpo es simplemente la manifestación
luminosa de su alma; cuyo cuerpo danza con los
acordes de una música oída interiormente, en
una expresión de algo externo, un mundo más
profundo. Esta es la verdadera danza creativa,
natural pero no imitativa, que habla en
movimiento fuera de sí misma y fuera de
cualquier cosa más grande que todas las identidades".
La piedra filosofal de la danza, 1920
"Pasé muchos días y noches en el estudio, buscando aquel baile que pudiera ser la expresión divina del espíritu
humano por medio del movimiento del cuerpo.
Durante horas yo permanecería de pie, mis manos
dobladas entre mi pecho, cubriendo el plexo
solar... Estaba buscando, y finalmente descubrí,
la primavera central de todo el movimiento, el
cráter del poder de motor, la unidad de la cual
todas las desviaciones del movimiento nacen, el
espejo de la visión para la creación del baile."
Mi vida, 1928

