La legendaria velocista holandesa Fanny Blankers-Koen fue
considerada en una votación celebrada por la Federación
Internacional de Atletismo (IAAF) en 1999 como la mejor
atleta femenina del siglo XX. En una emotiva ceremonia
realizada en Mónaco en noviembre de ese año,
Blankers-Koen recibió su galardón junto al
estadounidense Carl Lewis, quien al igual que ella ganó
cuatro medallas de oro en la misma olimpiada.

Fanny Blankers-Koen posando con Carl Lewis en 1999 cuando
fue elegida la mejor atleta del siglo XX
Fanny siempre fue muy modesta sobre sus logros: "Cuando pienso en todas
las grandes atletas de este siglo y en la gente joven que
lo está haciendo tan bien, debo decir que estoy
sorprendida, pero muy halagada también por este
premio", añadió en aquella oportunidad.
En su página web, la IAAF la define como "la mejor atleta femenina de todos
los tiempos"
Fanny falleció el 25 de enero de 2004 a los 85 años de edad en Hoofdorp,
localidad cercana a La Haya. A su muerte, el actual
presidente Lamine Diack dijo que "el mundo entero
del atletismo está de luto por la desaparición de esta
gran embajadora de nuestro deporte, cuyas hazañas aún
no han sido igualadas"
Y ciertamente no han sido
igualadas. Blankers-Koen, conocida como "la
holandesa voladora", ganó cuatro medallas de oro en
los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres, récord para
una mujer en una sola cita olímpica: en los 100 y 200
metros, en los 80 metros vallas y con el relevo de 4x100
metros. Ni Wilma Rudolph, ni Florence Griffith ni Marion Jones llegaron a tanto. Y eso a pesar de
que Fanny vio como la Segunda Guerra Mundial partía por
la mitad su carrera deportiva, privándole de haber sido
la reina de los juegos (nunca celebrados) en 1940 y 1944.
Francina Elsje Koen había
nacido el 26 abril 1918 en la ciudad de Baarn, en el
centro de Holanda. Era hija del matrimonio de Arnoldus y
Helena Koen. Desde niña fue muy aficionada a todos los
deportes. Se casó con el periodista deportivo Jan
Blankers, que también fue su entrenador y contribuyó en
gran medida a sus éxitos. Aunque Fanny era también una
muy buena nadadora, su profesor de natación le aconsejó
dedicarse al atletismo, porque le ofrecía más oportunidades.
Probó suerte en varias disciplinas, desde los 800 metros hasta el salto de
altura y de longitud, hasta convencerse de que en
realidad era una sprinter y una vallista.
A menudo señalada como el equivalente femenino de Jesse Owens, la veloz holandesa
debutó en los Juegos Olímpicos precisamente en Berlín
1936, cuando solo tenía 18 años. Participó en el salto
de altura, donde fue 6ª, y en los relevos 4x100m, donde
las holandesas acabaron 5ª. Estos juegos, organizados
por los nazis, se convirtieron en los juegos de Jesse
Owens, el atleta afroamericano que ganó cuatro medallas
de oro. Cuando Fanny le pidió tímidamente un
autógrafo, no sabía que 12 años después igualaría
este logro en los juegos de Londres. Mucho después, en
los años setenta, Fanny se reencontró con Jesse y le
preguntó si se acordaba de ella. Naturalmente que se
acordaba, para sorpresa de la modesta holandesa.
En los II Campeonatos de
Europa de Atletismo, celebrados en Viena en 1938, quedó
en tercer lugar tanto en 100 como en 200 metros. Ambas
pruebas fueron ganadas por otra mítica y controvertida
velocista, la polaca Stanislawa Walasiewicz.
La Segunda Guerra Mundial
no permitió que se celebraran los Juegos Olímpicos de
1940, previstos para el mes de julio en Helsinki.
Además, pocas semanas antes Holanda había sido invadida
por el ejército del Tercer Reich.
En medio del caos y las turbulencias políticas, Fanny continuo su vida con
relativa normalidad. El 29 de agosto de ese mismo año se
casó con el Jan Blankers, periodista deportivo y
entrenador de atletismo, que además había participado
en triple salto en los Juegos Olímpicos de Amsterdam
1928. Curiosamente Jan había sido en el pasado un
detractor de la participación de las mujeres en el
deporte, situación que cambio radicalmente a raíz de su
relación con Fanny.
Cuando en 1941 dio a luz a su primer hijo Jan junior, parecía que Fanny se había
olvidado ya del atletismo, ya que en esta época parecía
inconcebible que una mujer pudiera ser madre y seguir
dedicándose al atletismo. Sin embargo ella tenía otros
planes, y a las pocas semanas de dar a luz ya estaba de
nuevo entrenándose.
En 1942 volvió a las
competir y el 20 de septiembre igualó en Amsterdam el
récord mundial de los 80 metros vallas que tenía la
italiana Claudia Testoni con 11.3 desde 1939. Al año
siguiente las cosas le irían aun mejor, al batir los
récords mundiales de salto de altura (1.71) y de salto
de longitud (6.25). Además hizo una marca de 11.5 en los
100 metros lisos, que suponía un nuevo récord del
mundo, pero que no fue homologado como tal debido a que
lo consiguió en una carrera donde tambien corrían
hombres...
Tras la guerra su primera competición internacional fueron los Campeonatos de
Europa de 1946, en Oslo. A principios de ese mismo año
había dado a luz a su segundo hijo, en este caso hija,
Fanny jr., pero ello no le impidió seguir su
preparación para el evento. Tuvo la decepción de ser
eliminada en las semifinales de los 100 metros, pero es
que estas se disputaban al mismo tiempo que la final de
salto de altura... Finalmente obtuvo la medalla de oro en
los 80 metros vallas y en los relevos 4x100 metros,
además del 4ª lugar en altura.
Pese a ser la mujer más rápida del mundo durante varios años, a Blankers-Koen
le faltaba lo que distingue a las grandes campeonas: los
triunfos olímpicos. Y estos llegaron en 1948 en un
Londres que intentaba dejar atrás las penurias de la
guerra.
Había cumplido 30 años, y ya era madre de dos hijos, así que muchos consideraban
que tal vez ya había pasado su mejor época. Sin embargo
ya semanas antes de los Juegos demostró estar en un gran
estado de forma al hacer el 13 de junio en Amsterdam 11.5
en los 100 metros, que a diferencia de lo ocurrido en
1943, esta vez si fue homologado como nuevo récord
mundial. Una semana después, el 20 de junio en la misma
ciudad pulverizaba el récord mundial dde los 80 metros
vallas con 11.0
Ya en la cita olímpica, en la pista de ceniza del estadio de Wembley, Fanny
Blankers-Koen asombró al mundo superando incluso sus
expectivas y obteniendo cuatro preseas doradas. Tras su
experiencia de Oslo decidió que esta vez no
participaría en tantas pruebas, y por ello se centró en
"solo" cuatro eventos: los 100 y los 200
metros, los 80 metros vallas y los relevos 4x100 metros.
El resultado no pudo ser mejor.
No batió ningún récord mundial debido a que las condiciones climatológicas no
eran precisamente favorables. En los 100 metros la final
se disputó el 2 de agosto, con lluvia una pista
embarrada, tal y como se aprecia en las filmaciones de la
prueba, y con 11.9 le bastó para ganar la medalla de oro
batiendo a sus oponentes, la británica Dorothy Manley y
la australiana Shirley Strickland, segunda y tercera
respectivamente. Era la primera atleta holandesa en ganar
un título olímpico.
El siguiente evento fueron los 80 metros vallas, donde su principal oponente era la
británica Maureen Gardner. La cosa empezó mal para
Fanny después de una muy mala salida. Ella diría
posteriormente que pensó que había hecho una salida
nula y por esose frenó. Pero poco a poco empezó a
remontar conforme pasaba las vallas, hasta llegar a la
altura de Gardner sobre la misma línea de meta. Tras
examinar la foto finish los jueces determinaron que Fanny
había cruzado la meta por delante de Gardner, aunque a
ambas les dieron el mismo tiempo: 11.2. Era la segunda
medalla de oro para Fanny.

Londres 1948, final de los 100 metros. Triunfo de Fanny Blankers-Koen

Londres 1948, Fanny Blankers-Koen junto a su rival Dorothy Manley, subcampeona en los 100 metros

Londres 1948, final de los
80 metros vallas. Victoria de Fanny Blankers-Koen (calle 1), segunda la británica
Maureen Gardner (calle 2) y tercera la australiana Shirley Strickland (calle 5)

Londres 1948, final de los 200 metros. Triunfo de Fanny Blankers-Koen

Londres 1948, Fanny Blankers-Koen tras ganar la final de los 200 metros

Londres 1948, Podium de los
200 metros
(I-D) Audrey Williamson (plata), Fanny Blankers-Koen (oro) y Audrey Patterson (bronce)


Londres 1948, relevos 4x100 metros. Fanny Blankers-Koen
Se produjo una anécdota que la propia Fanny recordaría más tarde, y es que al
acabar la carrera comenzó a sonar en el estadio el himno
británico. Fanny pensó que eso significaba que eso era
porque su oponente había ganado. Sin embargo la
verdadera razón era que el himno sonaba para recibir a
la familia real que en ese momento hacia acto de
presencia en el estadio.
Su tercera victoria llegaría en los 200 metros, cuya final se disputó el 6
de agosto, otra vez en medio de un intensa lluvia. Pese a
que en principio parecía su victoria más difícil, en
la práctica su triunfo fue arrollador, con una marca de
24.4 y nada menos que 7 décimas de segundo sobre la
segunda clasificada, Audrey Williamson, que hasta hoy
sigue siendo el mayor margen de en historia en esta
prueba.
Otra anecdota en esta pueba es que tercer lugar quedó Audrey Patterson, quien
ha pasado a la historia por ser la primera mujer
afroamericana en ganar una medalla olímpica. Pero
resulta que varias décadas más tarde unos
investigadores descubrieron la foto finish de la carrera
y vieron que en realidad la australia Shirley Strickland
había entrado por delante de Patterson, y la medalla de
bronce debió haber sido para ella.
La final de los relevos 4x100 metros se cebebro el último día de competiciones.
El equipo holandes lo formaban por este orden Xenia
Stad-de Jong, Nettie Witziers-Timmer, Gerda van der
Kade-Koudijs y Fanny Blankers-Koen. Fue una victoria muy
dificil ya que qyue Fanny recibió el testigo en tercera
posición, detrás de Australia y de Canada. Pero
nuevamente dio muestras de su inmensa categoría y
atrapó a sus rivales para cruzar la meta en primer lugar
con un crono de 47.5
Así se convertió Fanny Blankers-Koen en la primera mujer en ganar cuatro
medallas de oro en una sola olimpiada. Solamente los
atletas masculinos Alvin Kraenzlein (1900), Jesse Owens
(1936) y Carl Lewis (1984) lo han conseguido.

Amsterdam 1948. Recibida en
su país como una heroína nacional
Al regresar a Amsterdam fue recibida como una heroína: Holanda celebraba su
victoria casi como una segunda liberación de los
alemanes. Un carrauje tirado por caballos la pasearon por
las calles de la ciudad mientras la multitud la
vitireaba. El pueblo la recibió con un entusiasmo muy
poco frecuente en Holanda y el municipio de Amsterdam le
obsequió un regalo muy holandés: una bicicleta. La
prensa internacional la bautizó de innumerables formas,
aunque la expresión que hizo más fortuna fue "ama
de casa voladora" (flying housewife)

Fanny Blankers-Koen en Nueva
York durante su gira de 1949
Después de los Juegos de Londres, Blankers recibió numerosas ofertas para
participar en anuncios publicitarios y compromisos
similares, algo que hoy en día en habitual en las
estrellas del deporte. Sin embargo las estrictas reglas
del amateurismo vigentes en el deporte en esa época,
hicieron que tuviera que rechazarlas. En 1949 hizo un
viaje por Australia y Estados Unidos para promover el
atletismo entre las mujeres.
En 1950 tuvo lugar un oscuro episodio. Resulta que poco antes había aparecido
en Holanda una joven llamada Foekje Dillema, que había
batido algunos récords de la propia Fanny, y a la que
los periodistas comenzaban a bautizar como la nueva
Fanny. Tras ciertas dudas y habladurías en torno al sexo
real de Dillema, le realizaron un test de sexualidad y
acabaron expulsándola del equipo. Sin embargo los
resultados de test no negaban en absoluto que Dillema
fuese una mujer. Algunas sospechas indican que Fanny y su
marido Jan Blankers estuvieron detrás de esta actuación
contra Dillema para así quitarse de en medio a una
peligrosa rival. Sin embargo esto nunca fue confirmado.

Bruselas 1950, Fanny Blankers-Koen
Precisamente en 1950 Fanny obtuvo sus último gran éxito, y fue durante los
campeonatos de Europa de Bruselas. En ellos estuvo a
punto de repetir su hazaña de Londres, pues ganó los
títulos en 100, 200 y 80 metros vallas, los tres con un
amplio margen sobre sus rivales. Sin embargo en los
relevos 4x100m las holandesas solo pudieron ser 4ª, en
una prueba ganada por las británicas.
A la edad de 34 años, tomó parte en sus terceros y últimos Juegos Olímpicos,
los de Helsinki 1952. Aunque parecía llegar en buena
forma, su actuación fue una decepción total. Solo
consiguió llegar a la final de los 80 metros vallas, y
en ella tuvo que abandonar lesionada depués de saltar la
segunda valla. Fue su ultima competición importante.
En 1953 puso fin a su
carrera, aunque volvió a participar esporádicamente en
alguna prueba, como por ejemplo en 1955, cuando
consiguió su última victoria al ganar el campeonato
nacional de Holanda en una prueba poco frecuente para
ella: el lanzamiento de peso. Era su título nacional
número 58.

Una imagen de 1958, con Fanny
Blankers-Koen y su hija Fanny jr.
Tras su retirada, Fanny fue entrenadora del equipo holandés de atletismo durante
diez años, entre los europeos de Estocolmo 1958 y los
Juegos Olímpicos de México 1968.
En 1977 falleció su marido Jan, lo que fue un duro golpe ya que ambos estaban
muy unidos. Unos años despues Fanny regresó a vivir al
pequeña ciudad de Hoofddorp. En 1981 se organizó la
primera edición de los Fanny Blankers-Koen Games, un evento atlético en su honor
que se sigue celebrando cada año en Hengelo y que reune
a algunos de los mejores atletas del mundo.

Una imagen reciente de Fanny Blankers-Koen
Sus últimos años fueron bastante duros, aquejada de Alzheimer y con graves
problemas cardíacos. Vivía en una clínica en Hoofddorp
siendo atendida por personal especializado, hasta su
muerte el 25 de enero de 2004. Este hecho fue recogido
ampliamente por los medios de comunicación
internacionales, y ello ha reavivado el interes por la
figura de Fanny Blankers-Koen, una de las grandes
deportistas del siglo XX y un valioso ejemplo de lucha y
tenacidad para las mujeres de todo el mundo.
Durante casi 20 años, Fanny no solamente fue una atleta exitosa, sino también
fue una embajadora del atletismo femenino. Más que
ninguna otra atleta contribuyó a acabar con prejuicios
deportivos y sociales acerca de la mujer en el deporte.
Fanny Blankers-Koen siempre mantuvo que su mayor orgullo
había sido conocer a Jesse Owens cuando se convirtió en
el héroe de los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.