El 10 de noviembre de 1928
falleció en Berlín, víctima de la
tuberculosis, la bailarina y actriz alemana Anita Berber. Tenía solo 29 años.
Anita Berber fue una de las
personalidades más fascinantes de la Alemania
"expresionista" y decadente de la
República de Weimar en los años 20. Había
nacido el 10 de junio de 1899 en Leipzig, en el
seno de una familia de artistas, pues su padre
(Felix Berber) era violinista, y su madre (Lucie
Berber) era cantante de cabaret. Sus padres se
separaron cuando ella era muy pequeña y pasó a
vivir con su abuela en Dresde la mayor parte del tiempo.
Inclinada desde niña al
baile, en su adolescencia estudio bajó la
dirección de Rita Sacchetto, y más tarde con
Emile Jacques-Dalcroze. Comenzó a bailar
profesionalmente en 1917 en Berlín, y muy pronto
se convirtió en una gran estrella conocida por
todos. En esta época también posaba como modelo
para revistas de moda como Die Dame (La Dama) y
Elegante Welte (Mundo elegante)
En 1919 se casó con un
hombre rico llamado Eberhard von Nathusius, con
la intención de escapar del hogar y ganar
independencia. El matrimonio con Nathusius no le
impidió seguir teniendo múltiples aventuras
tanto con hombres como con mujeres, como por
ejemplo Susi Wanoswsky, propietaria de un club de ambiente lésbico en Berlín.
Anita Berber en la película Dida Ibsens Geschichte (1918)
Anita Berber en la película Diferente a los demás (1919)
Berber partició en
numerosas películas mudas, destacando varios
trabajos con el director y productor Richard Oswald, como por ejemplo el film titulado Diferente a los demás (Anders als die Andern, 1919), considerada una de las primeras películas de la historia que presenta la homosexualidad de forma positiva, o también Eerie Tales (1919), una película de misterio consistente en cuatro episodios y que tuvo mucho éxito. Berber también hizo un pequeño papel en la película Dr. Mabuse (1922) de Fritz Lang, una de las cumbres del expresionismo alemán.
No obstante su mayor
notoriedad la alcanzó en el baile, donde su
estilo rupturista y transgresor fascinó al
público y generó una gran controversia. Anita
introdujo en el escenario un erotismo ostentoso,
así como una imaginería grotesca y macabra, en
unos espectáculos que incluían música de
grandes compositores como Debussy o Strauss.
Llegaba incluso a bailar desnuda en el escenario.
Sus detractores la consideraban vulgar y de mal
gusto, mientras que sus seguidores la admiraban
por su sofisticación y atrevimiento.

Pero donde Anita Berber
rompió todos los esquemas fue en su vida
personal. Era una habitual de los ambientes gays
y underground de Berlín, y en su círculo de
amistades figuraban todo tipo de personajes de
los bajos fondos, como prostitutas, mafiosos,
boxeadores, etc Sus relaciones lésbicas eran muy
numerosas y publicamente conocidas, lo mismo que
su adicción a la cocaína, y sus excesos con el
alcohol. Berlín era por esta epoca una de las
ciudades más liberales de Europa, y ella
cultivaba su reputación de "chica
mala" que al público le encantaba.
Anita Berber y Sebastian Droste
En 1922 contrajo matrimonio
por segunda vez con Sebastian Droste, un escritor
y bailarín muy vinculado al mundo underground y
con el que realizaría tal vez sus mejores
trabajos. Ambos hicieron juntos espectaculos como
"Suicidio", "Morphium" o
"Casa de locos". En 1923 publicaron un
libro de poesía, dibujos y fotografías titulado
"Danzas de vicio, horror y éxtasis",
repleto de imaginería expresionista y barroca y
basado en uno de sus espectáculos, que ofrecía
una mirada cínica sobre sus experiencias personales y artísticas.
El matrimonio con Droste
también se acabó rápido, y en 1924 se casó
con un bailarín norteamericano llamado Henri
Chatin-Hoffman, probablemente gay. Ambos viajaron
por toda Europa, realizando numerosas actuaciones
y dando mucho que hablar por sus escándalos, que
incluían lesbianismo, drogas y orgías en los
hoteles. Todo esto era recogido profusamente por
los tabloides de la época.
Anita Berber retratada por Otto Dix
Tantos excesos le acabaron
pasando factura a Berber, deteriorándola física
y mentalmente. Por esta época Otto Dix hizo varios retratos de ella en los que la presenta envejecida, demacrada y con todo el aspecto de una vampiresa puta y
drogadicta. Estos retratos acabaron consolidando
su reputación como un icono del Berlín
decadente y libertino de la época de Weimar, que
muchos consideraban la Sodoma y Gomorra del siglo
XX, y que acabó tragicamente con la llegada de
los nazis al poder en 1933. (ver Libertinas noches de
Weimar)
Sin embargo Berber no
llegó a ver el ascenso de los nazis al poder. En
1928 mientras realizaba una gira por varios
nightclubs de Oriente Medio, contrajo la
tuberculosis y su salud de deterioró muy
rapidamente. Gracias a unos amigos pudo retornar
a Berlín, donde murió en un hospital el 10 de
noviembre de 1928. Tenía solo 29 años pero
aparentaba muchos más. Hoy se cumplen 78 años.
Solo un año despues de su
muerte Leo Lania publicó una biografía que
recogía los aspectos más sensacionalistas de su
vida. Este libro contribuyó a forjar la imagen
de Berber como un mito decadente.
En 1987 se estrenó una
película titulada Anita, las danzas del
vicio y dirigida por Rosa Von Praunheim. Es bastante
interesante, aunque en su día no tuvo gran éxito.
Portada del libro Las siete adicciones y cinco profesiones de Anita Berber
Hay un libro sobre Anita
Berber publicado por Mel Gordon hace muy pocos meses y titulado Las siete adicciones y cinco profesiones de Anita Berber.
Aunque en su época Berber
era conocida más por sus provocaciones y sus
escándalos, recientemente varios estudiosos han
rescatado y reivindicado sus logros artísticos y
su contribución a la danza y el arte modernos, y
también su significación como parte del cambio
cultural a favor de una sexualidad desinhibida y
de la libertad e independencia de las mujeres.
Anita Berber fue la mujer
más escandalosa en la Alemania de los años 20.
A su lado Madonna o Kate Moss no dejan de ser
inocentes colegialas. Tuvo una vida breve y muy intensa.
